Ir al contenido principal

El trabajo interior de la paternidad

"El mejor regalo que podemos hacer a nuestros niños es el nuestra propia presencia", escriben los autores. "Para estar en pleno contacto con nuestras vidas, hay que aprender a desconectar el piloto automático y aterrizar en el momento presente, vivir intencionalmente en el ahora, practicar lo que llamamos la "paternidad atenta".

De la paternidad a la catástrofe no hay más que un paso. Ninguna otra experiencia en la vida provoca tal cúmulo de sensaciones contradictorias: de la ternura a flor de piel a la irritación permanente, de la lucidez repentina a la "locura" transitoria, del delirio vital al precipicio de las obligaciones que no cesan, los choques frontales con la pareja, la fatiga crónica, la desorientación total. "¿Entonces, por qué tenemos hijos?", se preguntan al unísino John y Myla Kabat-Zinn, autores de "El trabajo interior de la paternidad. "Tal vez lo hacemos por los besos y los abrazos... O tal vez con la intención de enrriquecer nuestras vidas, pensando que saldremos fortalecidos en el intento".

Sea cual sea la razón, John y Myla Kabat-Zinn, padres de tres vástagos, nos sugieren que aprovechemos los nueve impagables meses de embarazo para trabajar interiormente, conocernos mejor a nosotros mismos y llegar con la primera lección aprendida al que será nuestro inseparable oficio durante el resto de nuestros días.

"El mejor regalo que podemos hacer a nuestros niños es el nuestra propia presencia", escriben los autores. "Para estar en pleno contacto con nuestras vidas, hay que aprender a desconectar el piloto automático y aterrizar en el momento presente, vivir intencionalmente en el ahora, practicar lo que llamamos la "paternidad atenta". La "paternidad atenta" no es sólo un antídoto contra el estrés, sino un modo de enrriquecer desde dentro la experiencia de ser padre. ¿Cómo? Poniéndonos más frecuentemente a la altura de nuestros hijos. Aprendiendo de ellos todos los días. Observándolos calladamente. Fijándoles ciertos límites, pero sin controlarles en todo momento. Introduciendo pequeños ritos cotidianos que refuercen los lazos familiares. Regalándoles nuestro tiempo y no estando siempre con la cabeza -o con el móvil- en otra parte...
Lo que proponen John y Myla Kabat-Zinn es, ni más ni menos, que acometer la paternidad como una suerte de "meditación en acción" que repercuta en nuestro bienestar y en el de los propios hijos: "Es increíble comprobar cómo cambia radicalmente la actitud de los niños en cuanto perciben que estamos con ellos con nuestros cinco sentidos. La relación padre-hijo se convierte entonces en un flujo constante: las tensiones desaparecen y se alcanza una mágica sensación de gratitud y equilibrio".

Carlos Fresneda
Autor de "La Vida Simple". Editorial Planeta.
Corresponsal de El Mundo en Nueva York

Comentarios

Entradas populares de este blog

Frederick

Estoy preparando un cuenta cuentos sobre Frederick, ese libro de Leo Lionni tan sugerente y que tira por tierra la fábula de la cigarra y la hormiga, que siempre me había parecido algo cruel, jejejeje. Aquí, Frederick, que parece que se escaquea durante los duros preparativos del invierno, resulta que está haciendo otras cosas que serán de utilidad también para alimentar el alma. Como forma parte de los cuenta blogs de la biblioteca del cole de mis hijos, la idea es contar el cuento y después hacer alguna actividad, que de una forma u otra podamos contar en el blog de la biblio . Así que realizaremos ratones (quizás se conviertan en "originales" puntos de libro, o marionetas...) mientras recojo qué les ha parecido el cuento, su visión del mismo. Como serán niños de primero, quizás esa recogida la realice ya por escrito, aunque seguiré llevando mi super grabadora, que les encanta hablar por ella.  Como siempre, me lanzo a la red a buscar información, ideas para real

¿Qué pasa cuando los niños crecen?

Imagen mía tomada en una tienda Vintage en el Barrio de las letras de Madrid. Hace unos días, leía esta estupenda entrada de Armando Bastida en Bebés y más: Cuando a lo de criar con apego le llega la fecha de caducidad . Hacía tiempo que me rondaba una entrada sobre el tema porque es verdad que a partir de cierta edad nos parece ya que "todo vale", y justo es cuando empieza la etapa de educar. Su entrada es muy completa y profunda. No voy a poder hablar de todos los temas que él aborda, así que a ver si me centro ;) Para educar, hace falta Ser.  Creo que para Educar hace falta Ser. Parece que la frase es de Quino y el otro día vi una imagen muy chula que quería que ilustrase esta entrada, pero me estoy volviendo loca y no la encuentro (edito, que la he encontrado!). Durante el embarazo y la crianza tenemos una etapa perfecta para crecer, por nosotras, porque la vida es un crecimiento constante. Pero están ellos también. Tratamos de no repetir ciertos patro

A la caza del cole

En breve se abre el periodo de preinscripción en colegios públicos y concertados y como acada año, muchos padres y madres se ven en la difícil tesitura de elegir, en función de criterios muy personales, cuál es el colegio donde les gustaría que sus hijos recibieran la educación formal. Es un tema candente cada año, pero éste, en el que por fin me siento a gusto con el colegio donde están mis hijos, me está haciendo reflexionar. En el debate, muchas personas opinan que lo mejor es un centro cercano a casa, que cualquiera es bueno, que el colegio no es determinante de cómo será nuestro hijo, porque lo fundamental será la educación que le demos en casa. Y no seré yo quien esté en contra de esa opinión, todo lo contrario, la búsqueda de un colegio que nos parezca coherente con nuestra forma de ver la educación no lleva asociada una cesión de funciones educativas. Pero como loca buscacoles, he estado revisando mis andanzas estos días. Se remontan al año 2008, cuando mi hija iba a en