Ir al contenido principal

Juegos populares, la cultura autóctona del juego



Otro sobre juegos de la misma autora, que complementa al anterior.

Isabel Fernandez del Castillo

Autora de "La revolución del nacimiento"

Holistika

Muchos niños ya no juegan, sino que “consumen” productos manufacturados de entretenimiento (tele, videojuegos…), una solución fácil con que llenar sus horas de ocio. Es la globalización del entretenimiento.


Desaparecida la calle como espacio de encuentro, las ciudades se han convertido en un lugar inadecuado para los niños, y los parques a partir de cierta edad resultan poco interesantes para jugar. Eso hace que el juego libre en espacios abiertos sea poco menos que misión imposible. Si a eso unimos las largas jornadas escolares, las actividades extraescolares, lo reducido de las familias, y la invasión de los productos de ocio “de consumo”, lo cierto es que jugar, lo que se dice jugar, hoy en día se juega poco. Las consecuencias son ya patentes: obesidad, aislamiento, tele-adicción, hiperactividad o indolencia, conductas anti-sociales, caída del rendimiento escolar…

Muchos niños ya no juegan, sino que “consumen” productos manufacturados de entretenimiento (tele, videojuegos…), una solución fácil con que llenar sus horas de ocio. Es la globalización del entretenimiento. Pero como afirma Victoriano Yagüe, profesor de educación secundaria y autor de varios libros sobre los juegos populares “El juego es el mejor vehículo para el desarrollo de la creatividad y un excelente antídoto contra la educación en exceso tecnificada”.


La rica tradición de los juegos populares

Victoriano Yagüe es profesor de educación secundaria y un apasionado de los juegos populares, pasión que le ha llevado a recopilar esta rica tradición popular en varias obras, como “Juegos para la escuela” o “66 juegos para educar” “El juego es el mejor vehículo para el desarrollo de la creatividad y un excelente antídoto contra la educación en exceso tecnificada”, afirma Victoriano.

Victoriano forma parte de un movimiento actual de expertos en juegos que se han propuesto rescatar del olvido y llevar a las escuelas este aspecto esencial de nuestra cultura autóctona. Y es que antes de existir la práctica del deporte reglado, los niños realizaban un intenso ejercicio físico espontáneo en la calle, simplemente jugando a los muchos y diferentes juegos de la tradición popular. Estos han sido un medio de desarrollo psicofísico y de socialización que ha proporcionado deleite a innumerables generaciones de niños, antes de que el coche ocupara las calles, y la televisión su tiempo.

Victoriano Yagüe lamenta la inexistencia de espacios físicos apropiado para jugar “en los parques no hay ni donde esconderse”, y la pérdida cultural que supone la total sustitución del juego por el deporte: “El deporte, visto actualmente de una forma fría con respecto al juego tradicional, se muestra como un elemento fagocitador de nuestra tradición en lo que a cultura física se refiere, y se extiende por todos los lugares llevando modelos de actividad que no le son propios. Las normas rígidas y los controles estrictos de los deportes de masas empobrecen el espacio de las manifestaciones lúdicas populares y tradicionales donde la riqueza de variantes y matices son ese encanto propio del tiempo de la infancia”.

Siendo en todos los aspectos beneficiosos para el desarrollo de los niños, asistimos a un creciente interés por parte de padres y educadores por rescatar esa tradición, habiendo incluso quien propone que sean enseñados en los colegios, como una asignatura más, y en los campamentos de verano. Y en cualquier caso, son la alternativa a la presión del entretenimiento globalizado de consumo.


Los juegos de siempre

Muchos padres todavía recordamos de nuestra infancia divertidos juegos que casi han dejado de practicarse pero que sin duda harían las delicias de nuestros hijos. Este puede ser el verano para rescatar esas actividades, y lo que es más importante, contagiarnos del espíritu lúdico de aquellos años.

Muchos de esos juegos son colectivos, lo que los hace muy convenientes para los niños de ahora, y muy especialmente para quienes pasan horas solos jugando a los videojuegos. Al contrario que en los juegos virtuales, muchos de ellos violentos y en los que todo está (virtualmente) permitido, los juegos tradicionales colectivos son un interesante medio de socialización, ya que se rigen por reglas que todos deben asumir para poder jugar. Son una forma activa y tradicional de educación para la convivencia, en la que el espíritu competitivo queda matizado por la pertenencia al grupo y estimula el desarrollo de la capacidad de negociación y adaptación. Es también una extraordinaria forma de integrar mente, emociones y cuerpo y de hacer ejercicio de manera que el esfuerzo es inmediatamente premiado por la gratificación que produce jugar.

Pero además, el ejercicio que se practica jugando y no por “hacer ejercicio” requiere mucho menos esfuerzo real, porque nos produce una gratificación inmediata. Decía Ortega y Gasset “El juego es un esfuerzo, pero que no siendo provocado por el premioso utilitarismo que inspira el esfuerzo impuesto por una circunstancia del trabajo, va reposando en sí mismo, sin ese desasosiego, que infiltra en el trabajo la necesidad de conseguir a toda costa un fin”.


Jugar a lo que jugábamos antes

Son varios cientos los juegos populares practicados en las ciudades y pueblos de España, con numerosas variantes por zonas y pueblos.

Algunos de ellos todavía los recordamos:

Juegos de correr y esconderse: Escondite, polis y cacos (civiles y ladrones,……..), escondite inglés…
Cualidades que desarrolla: Percepción del propio cuerpo, agilidad, velocidad de reacción, resistencia. Conocimiento y percepción del espacio, estrategia. Respeto por las normas, trabajo en grupo, socialización y autonomía personal.

Juegos de correr y pillar: Rescate, Pañuelo, Cuatro esquinitas.
Cualidades que desarrolla: Percepción espacio temporal, velocidad de reacción, resistencia. Espíritu de equipo, socialización, respeto por las normas.

Juegos de correr y pillar con canciones: Abuelita qué hora es, Ratón que te pilla el gato.
Cualidades que desarrolla: Coordinación dinámica general, fuerza, agilidad, equilibrio. Autonomía personal, socialización.

Lanzar y evitar pelotas corriendo: Balón prisionero, Naciones

Cualidades que desarrolla: Atención, capacidad de reacción, agilidad, velocidad, resistencia. Espíritu de equipo, respeto por las normas

Juegos de lanzamientos de objetos : La gurria (es el antecesor del jockey)
Cualidades que desarrolla: cálculo espacial, coordinación ojos-mano, puntería, estrategia, coordinación, precisión.

Juegos con teja: La rayuela

Cualidades que desarrolla: cálculo espacial, coordinación ojos-manos, puntería, precisión, equilibrio, estabilidad, estrategia. Respeto por las normas.

Juegos sensoriales: La gallinita ciega

Cualidades que desarrolla: orientación, percepción del propio cuerpo, percepción sensorial: auditiva, táctil y quinestésica (de movimiento), velocidad de reacción, atención, concentración, confianza en los demás.

Juegos de saltar: la comba, la goma

Cualidades que desarrolla: La comba: sentido del ritmo, coordinación, resistencia, respeto por las normas al tener que esperar el turno (en grupo). La goma: Hace unos años tenía seis niveles de altura (tobillos, media pantorrilla, rodillas, medio muslo, cadera, cintura) lo que estimulaba la pericia, habilidad y espíritu de superación de las participantes.

Juegos y deportes no colectivos : Patinar, montar en bici, caminatas por la montaña, subirse a los árboles, correr con aro, ping pong, futbolín… En la playa: palas, pelota, surf, windsurf…

Cualidades que desarrollan: sentido del equilibrio, agilidad, percepción espacio-temporal, resistencia, capacidad de reacción, inmersión en la naturaleza…

Comentarios

Entradas populares de este blog

Frederick

Estoy preparando un cuenta cuentos sobre Frederick, ese libro de Leo Lionni tan sugerente y que tira por tierra la fábula de la cigarra y la hormiga, que siempre me había parecido algo cruel, jejejeje. Aquí, Frederick, que parece que se escaquea durante los duros preparativos del invierno, resulta que está haciendo otras cosas que serán de utilidad también para alimentar el alma. Como forma parte de los cuenta blogs de la biblioteca del cole de mis hijos, la idea es contar el cuento y después hacer alguna actividad, que de una forma u otra podamos contar en el blog de la biblio . Así que realizaremos ratones (quizás se conviertan en "originales" puntos de libro, o marionetas...) mientras recojo qué les ha parecido el cuento, su visión del mismo. Como serán niños de primero, quizás esa recogida la realice ya por escrito, aunque seguiré llevando mi super grabadora, que les encanta hablar por ella.  Como siempre, me lanzo a la red a buscar información, ideas para real

¿Qué pasa cuando los niños crecen?

Imagen mía tomada en una tienda Vintage en el Barrio de las letras de Madrid. Hace unos días, leía esta estupenda entrada de Armando Bastida en Bebés y más: Cuando a lo de criar con apego le llega la fecha de caducidad . Hacía tiempo que me rondaba una entrada sobre el tema porque es verdad que a partir de cierta edad nos parece ya que "todo vale", y justo es cuando empieza la etapa de educar. Su entrada es muy completa y profunda. No voy a poder hablar de todos los temas que él aborda, así que a ver si me centro ;) Para educar, hace falta Ser.  Creo que para Educar hace falta Ser. Parece que la frase es de Quino y el otro día vi una imagen muy chula que quería que ilustrase esta entrada, pero me estoy volviendo loca y no la encuentro (edito, que la he encontrado!). Durante el embarazo y la crianza tenemos una etapa perfecta para crecer, por nosotras, porque la vida es un crecimiento constante. Pero están ellos también. Tratamos de no repetir ciertos patro

A la caza del cole

En breve se abre el periodo de preinscripción en colegios públicos y concertados y como acada año, muchos padres y madres se ven en la difícil tesitura de elegir, en función de criterios muy personales, cuál es el colegio donde les gustaría que sus hijos recibieran la educación formal. Es un tema candente cada año, pero éste, en el que por fin me siento a gusto con el colegio donde están mis hijos, me está haciendo reflexionar. En el debate, muchas personas opinan que lo mejor es un centro cercano a casa, que cualquiera es bueno, que el colegio no es determinante de cómo será nuestro hijo, porque lo fundamental será la educación que le demos en casa. Y no seré yo quien esté en contra de esa opinión, todo lo contrario, la búsqueda de un colegio que nos parezca coherente con nuestra forma de ver la educación no lleva asociada una cesión de funciones educativas. Pero como loca buscacoles, he estado revisando mis andanzas estos días. Se remontan al año 2008, cuando mi hija iba a en