Ya hemos vuelto del taller. La verdad es que ha habido desborde de creatividad y purpurina por los cuatro costados y vengo feliz y contenta.
Como adelanté, primero hemos decorado y comido galletas de jengibre. He de decir, que normalmente mis galletas no tienen mucho éxito, pero hoy no ha quedado ni una (señal que son super sencillas de hacer). Las hemos comido decoradas y sin decorar. He hecho glasa real y la he teñido de colores. Mi idea era seguir la idea que daba Bea, del Rincón de Bea y llevar unos biberones para facilitar la decoración. Pero no he encontrado ni por casa ni por los chinos de la zona, así que he comprado unas mini mangas pasteleras muy resultonas y que para las manos de los niños han ido de maravilla.
Los niños han disfrutado mucho de esta actividad. De hecho, me he visto recogiendo en plan, ejem, ejem, vamos a continuar...
Y hemos seguido con adonos varios. Han pintado varias piñas y bolas que he llevado (la idea era llevar bolas blancas, pero al final he cogido unas cuantas del árbol de casa para tunearlas), han realizado tarjetas (atención a la tarjeta tridimensional que ha realizado una niña) y algunos muñecos con rollos de papel higiénico y con botes de actimel (no es lindo ese Rudolf??). Hubiésemos seguido durante horas...
¡Os esperamos en el taller de enero!
(como siempre, para ver el collage más grande, pincha en él)
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