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Creatividad, educación formal y algo más

Siempre hay excepciones, pero cada día encuentro más argumentos que me hacen llegar a la conclusión de que creatividad y la educación formal (el cole, vaya) no van de la mano.

Hoy me levanto con este interesante artículo publicado en peque ocio, El desarrollo de la creatividad en los niños. 

Desde bien pequeños, nuestros hijos van a centros educativos donde la mayoría de las actividades están muy pautadas. Un ejemplo de ello son las fichas que realizan a diario: tienen que colorear dibujos ya trazados, sin salirse de los márgenes, con los colores que les indican, colocar “gomets”donde viene indicado, etc. Más adelante, en primaria y secundaria, suelen tener libros que les indican exactamente qué hacer y cómo, o realizan actividades guiadas casi en su totalidad por los profesores, sin dejar casi lugar a la improvisación.
El sistema educativo tradicional relega a un segundo o tercer plano el desarrollo de la creatividad, estando por delante el aprendizaje (en la mayor parte de los casos mediante la memorización) de un sinfín de conceptos. En la mayoría de los centros educativos, el juego y la creatividad aparecen una vez que se ha cumplido con “el deber”, quedando muy poco tiempo para ellos. A medida que se asciende en el sistema educativo cada vez hay menos lugar para la expresión artística.

En casa, hemos tenido siempre presente lo que comenta el texto y tratamos de brindar oportunidades a nuestros hijos para que desarrollen su capacidad creativa. No obstante, pesa mucho la escuela. Cuando ves que la asignatura "plástica" es algo menos que la cenicienta del horario (ese tiempo para acabar tareas no hechas antes y si da tiempo, colorear dentro de las líneas alguna ficha y en los días más inspirados, realizar alguna actividad manual, eso sí, todos igual), o cuando ves que los dibujos son utilizados como recurso repetitivo ante la lectura de un texto (caaada fin de semana a colorear el dibujo que ya viene impreso en el poema que hay que memorizar y caaaaada semana hacer un dibujo sobre el cuento que se traen a casa, caaada día dibujar lo que hemos leído y colorearlo sin salirnos de la línea...). 

Revisando ayer la libreta de lenguaje de mi hija, veo que cada día hacen un dictado y luego un dibujo sobre el dictado. Un dibujo copiado siempre del libro. Cada día la misma operación... por lo que hay días en los que el dibujo sale más parecido a lo que está establecido y otros días que menos. De repente, me paro en uno, el de la foto. Tiene un Muy R (muy regular). Debajo, mi hija ha tenido que escribir tres veces: "No pongo cuidado". Al preguntarle si sabe por qué lo ha puesto, no tiene ni idea, como si hubiese copiado "los cerdos vuelan", mera tarea de repetición. Viendo el resto de la libreta, queda demostrado que mi hija sí pone cuidado en lo que hace, pero bueno, a lo que voy con el "algo más" del título del post:  el tema castigos cuando no se hace lo establecido en cuanto a pintar dentro de la línea. En sí mismo, el castigo es absurdo: 

- La idea de escribir una frase en negativo, lo que hace en todo caso es poner enfásis en una "conducta" (aislada), una descripción de lo que hace ese día, como si fuese algo que hiciese siempre, fijando esa conducta como algo habitual. Puestos a escribir, ¿no sería mejor poner algo tipo "recordaré pintar dentro de la línea"? (positivo, siempre positivo!!! nunca negativo, que decía aquel entrandor del Barça)
- Este tipo de castigo es una buena medida para que los niños se aburran de escribir, simplemente, que vean la escritura como algo tedioso. Mi hija, afortunadamente, no se ha enterado de las intenciones. Copiar tres veces una frase ni la va a traumatizar ni va a hacer que pinte mejor cuando está aburrida de una tarea que repite cada día. Pero sí puede hacer que se aburra también de copiar y recopiar cosas que no van con ella, igual que se aburre de copiar cada día un dibujito del libro. 
- Fustigarse con algo que uno no ha hecho bien no enseña cómo poner medios para solucionar un problema (en caso de existir el problema). Más bien, tiende a querer hacer sentir culpa a la persona que ha tenido un día en el que no ha pintado según lo establecido.

 En fin, intentaremos trabajar en casa lo de la creatividad...

Comentarios

  1. Jo Maite, que me he puesto de muy mal genio leyendo. Que sí, que sé perfectamente todo lo que cuentas y no puedo estar más de acuerdo, pero al leerlo me he enfadado con el sistema educativo... ¡no contigo! No sé, es como que vuelvo a recordar mis decisiones... Acher empieza el cole el próximo curso y hay veces que tengo miedo, porque aunque aquí en casa trabajemos la creatividad y sobre todo dejamos que actúe en libertad... ¡en el cole están muchas horas!
    Me ha encantado tu entrada, tan real como la vida misma. Un besico!

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  2. Pues sí, ayer tuvimos momento enfado también en casa :D. Pesa mucho la escuela, sí. Pesa cuando ver que no se atreve a utilizar otras técnicas en los deberes (ese dibujo del cuento semanal) que no sean la de copiar del libro y colorear con lápices, por miedo a lo que diga la profe. Sí, la escuela mata la creativdad. Tal cual. No todas, que tengo aquí enlazados algunos blogs de coles donde la fomentan y otros que no tengo enlazados, pero que conozco que están por la labor.

    Este año volveremos a intentar el cambio de colegio... tol mundo cruzando dedos!! jejeje.

    un abrazo

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  3. Las escuelas en las que se fomenta la creatividad son las mínimas y por desgracia no están al alcance de todos.
    Se trata de no crear, de no tener criterios propios y de no diferenciarse del resto.
    Todos al mismo sitio y en el mismo momento y si pretendes hacer algo de otra forma... a copiar frasecitas a modo de castigo.
    Ufff me pongo de muy mal humor.

    Saludos

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  4. Uff, qué decir! Estas cosas me dan rabia por la poca altura de muchos maestros y pena por los niños que los sufre. Nadie pone el cascabel al gato?
    Buena entrada pero triste. Ánimo.

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  5. Pues yo sacaré los pies del tiesto (aunque he ido a la escuela como todas) Yo he sufrido, y sufro con lo aburrida, uniformadora, carente de oportunidades que ha sido y es, todavía, la escuela para mis hijos e hija. Pero estoy yo, y está su padre. Estáis vosotras y vosotros. Mis hijos son las personas más creativas que conozco, a la par que mis hermanos y mi pareja (y yo misma), cada uno a su manera. La escuela no mata la creatividad si no le dejamos. Y yo no he hecho nada especial con ellos (tal vez por cobardía). Pero les veo ahora, la mayor con sus 18 añazos, toca 4 instrumentos, compone, escribe, dibuja, diseña... y quiere más; el mediano, por el mismo camino, más brillante en lo plástico y en lo técnico, y menos en lo musical, y el pequeño, 10 años, escribiendo su tercer intento de novela... No, la escuela no puede, no ha podido con ellos ni conmigo, ni debe poder con vosotras. Solo intuición y amor, no siquiera nada más consciente que el deseo de que disfruten de la vida cuando ya no esté en mi mano orientarles o ayudarles.

    Ya sé que no os puedo transferir mi experiencia, pero al menos puedo compartirla, porque es todo más fácil, más fluido, cuando sentimos que la educación de nuestras hijas e hijos está, de verdad, en nuestras manos.

    Mucho ánimo.

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  6. Gracias a todas!! Nicolasa, ojalá sea como dices!!!! :) en ello estamos. Y no sólo en cosas relacionada con las artes... es que la creatividad es importante para tantas cosas: resolver problemas, situaciones diarias...

    un abrazo

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  7. Qué pena. Si no fuera tan terrible para los niños, sería para echarse a llorar.

    Ayer vi en casa de Upe unos dibujos del cole de su hija, de niños de la clase de 3 años, que parecían hechos por niños de 5. Ni una raya fuera de su sitio, dibujando casi con proporciones, muñecos con cabeza, tórax y extremidades. Le pregunto y dice que es la profesora, que les dirige el dibujo, les obliga a que no se salgan los colores de las rayas, y si no le gusta el dibujo a la profe, se lo rompe al niño.

    Pobres niños, en general. Pobre arte. Pobre educación.

    1beso y mucho ánimo. A ver si este año se da el cambio de cole como queréis.

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  8. Bueno, no todo es igual en el monte del orégano.
    Mis castigos de copia nunca empiezan por la partícula negativa "NO", más bien son del tipo:
    "Cuando me lenvanto en mitad de la clase por que me pica el culo de esta silla tan dura, debo ser más cuidadoso porque el ruido y los gritos que doy pueden despistar la atención de mis compañeros y si además cojo la libreta de Juanito y se la tiro a la papelera no estoy actuando como un buen compañero. Antes de hacer las cosas debería pensar si a mi me gustaría que me lo hicieran" y luego hago que lo copien entre 15 y 25 veces y que me lo traigan de casa firmado.
    Aunque ahora que lo pienso, hace como tres años que no pongo ninguno de estos. ¡Me estoy reblandeciendo!

    Y por otra parte, en nuestro centro estamos a mitad de un proyecto, nuestros alumnos y alumnas trabajan sobre las riadas de 1962 y han elegido el tema en concreto que tratarán y sobre qué soporte lo harán, algunos han elegido hacer una página web, otros un cómic, otros un programa de rádio, un documental, un prezi, e incluso hay un grupo que está elaborando un libro multi-itinerario, como los de "elige tu aventura".
    Nosotros, los profesores y profesoras, solo asesoramos, ayudamos en aspectos técnicos y de forma, pero el contenido y la manera de presentarlo es solo suya.

    Abrazo fuerte y ánimo, la escuela es solo el 20% de lo que se aprende!!! ;-)

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  9. Lo sé Sr Lluís, que no es igual en todas partes. Afortunadamente hay de todo. En el mismo centro de mis hijos cada profesor ejerce como considera oportuno.

    Oigo la palabra proyectos y se me hace la boca agua... Me alegro un montón. Lo que más me gusta de twitter es que babeo mucho con tantos profes con iniciativas diferentes. Nuestra realidad es otra, la del libro de texto y no nos salgamos de ahí... pero bueno, es sólo una realidad dentro de muchas existentes.

    Gracias por leer y comentar!

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