Ayer volvía a publicar una entrada tras las vacaciones sin
saludar siquiera, así que hoy aprovecho la ocasión para ratificar que tengo el
alma bloguera y que es en estas fechas en las que más se acentúa esa faceta en
mí, aunque este verano todas las entradas las haya publicado en mi cabeza a
falta de un teclado más sencillo de utilizar que el del móvil. Eso sí, por fin
me he creado una cuenta en twitter: @lamayem, ya que ha sido esta red social la
que me ha mantenido conectada al mundo digital estas vacaciones.
Como sigo con mi adaptación al mundo escolar, hoy vengo a
hablar de las actividades extraescolares, que parece un tema controvertido,
porque no se sabe nunca cuándo estás satisfaciendo intereses y necesidades de
los hijos o de los padres, así que lo que voy a decir, puede parecer una
obviedad como un castillo, pero es que hoy he visto un artículo en la red que
me ha llamado mucho la atención, primero por criticar abiertamente la
radicalidad de muchos de los blogs de madres, para pasar seguidamente a hacer
un análisis bastante radical sobre las actividades. No me ha quedado muy claro
el objetivo del artículo, por esas dos
partes tan diferenciadas que hacía, pero sí me ha llevado a reflexionar un poco
sobre la segunda cuestión, la de las extraescolares. El artículo es éste , por
si os apetece leerlo.
Las actividades extraescolares es como todo, que ni bueno,
ni malo, ni mucho ni poco. Es la vida medida teniendo como centro el colegio.
Todo lo que no se hace dentro del cole o para el cole es extraescolar, parece.
Pero bueno, para entendernos las llamaremos actividades extraescolares. Y como
siempre, cada familia es un mundo, cada uno tiene sus circunstancias y tal y
cual.
Motivos para apuntar a los hijos a actividades
extraescolares:
- Hay un motivo muy evidente y que ocurre
bastante, la imposibilidad de recoger a los hijos antes, la necesidad por parte
de los padres de tener a los hijos cuidados y guardados un rato más, hasta que
puedan recogerles. Ante esa necesidad, los padres hacen cabriolas y tratan de
apuntar a sus hijos a aquello que está disponible en el centro escolar para
alargar un poco su jornada hasta poder estar con ellos. Este motivo no es
incompatible con ningún otro de los que viene a continuación. En unos casos,
esa necesidad acaba a las 5 de la tarde, en otros a las ocho de la noche y es
cuando ya se puede decir que quizás habría que buscar otro tipo de soluciones a
la incompatibilidad horaria de padres e hijos.
-
Presión social. En ciertos sectores parece que
nada es suficiente para los niños. No basta con pasar una jornada escolar, hay
que seguir aprendiendo de forma dirigida, desarrollar habilidades, idiomas,
saber más cosas, ir trabajando el currículo. Hay que aprender chino, inglés,
algún deporte, reforzar mates con kumon o cómo sea… Si habéis leído el libro bajo
presión, de Carl Honoré (que por cierto, aunque me gusta lo que dice, no
consigo acabarlo), sabréis a qué me refiero. Esa presión que nos han metido a
los padres que si no damos el máximo de formación a nuestros hijos no van a ser
nada en la vida. Y claro, esa presión se la transmitimos en forma de horarios
inacabables. Afortunadamente, es un tipo de presión que no se vive en mi
entorno, al menos de momento. Es algo sobre lo que he leído, pero que no es una
realidad cercana a mí, aunque así, a lo lejos, suena estresante como poco.
- Satisfacer nuestros propios deseos infantiles.
¿quién no quiso aprender a tocar guitarra? Por hablar de cualquier tipo de
actividad que nos hubiese gustado hacer de pequeños y que ahora de mayores, en
vez de hacerla, cogemos y se la traspasamos al niño, con toda la buena
intención del mundo. Tenemos la oportunidad de dar algo que no nos pudieron dar
nuestros padres y nos lanzamos de cabeza a hacerlo. De éstas, yo tengo varias
en la cabeza: yo quería saber música (tocar bien la guitarra), pertenecer a un
grupo montañista, nadar como los peces, hacer teatro (con lo tíííímida que soy!) ,
jugar en un equipo de baloncesto, patinar profesionalmente… en fin, tantas y
tantas actividades que con todo el amor del mundo considero interesantes y si
rasco un poco en dialéctica, casi necesarias. El futuro dirá si mis hijos tiene interés por
alguna o si me sorprenden con actividades totalmente nuevas.
- Satisfacer intereses de los niños. Resulta que
llegamos con todos nuestros deseos frustrados y nuestro hijo viene con sus
propios intereses, que demanda abiertamente. Y resulta que esos intereses
pueden mantenerse en el tiempo o ir cambiando.
Creo que las
actividades extraescolares, al menos en la etapa en la que se encuentran mis
hijos, son para disfrutar. De todas sacarán aprendizajes, no obstante, porque
así son ellos. Para mí, lo ideal es que surgiera de ellos, de su propio interés,
y nosotros estar ahí para acompañarles (y no me refiero sólo a llevarles y
traerles). Cada niño es un mundo, pero mi hija me dijo con 4 años que quería ir
a danza, y ahí sigue… podría haberlo probado un tiempo y dejarlo por otra cosa.
Creo que son pequeños y es bueno que tengan muchos intereses, que prueben cosas.
En nuestro caso, somos muy afortunados y no tenemos que apuntarles por cubrir
hueco, así que aun cuando la actividad principal al salir del cole es el juego
libre (en el parque o en casa), sí que han ido surgiendo oportunidades de
realizar otro tipo de actividades un par de días a la semana. Reconozco que me
encantaría que se apuntaran al grupo montañista, que es mi gran espinita
clavada, pero como madre, puedo informar de ese tipo de actividades y nada más,
reconociendo que me hubiese encantado hacerlo de pequeña y con la creencia de que a ellos les gustaría
también. Pero en casa, la decisión será de ellos.
Hay quién me ha preguntado, cuando cuento que mi hija pidió
ir a danza sin que mediara ninguna campaña de publicidad por nuestra parte, qué
pasa si el niño no manifiesta interés en nada. Pues pienso que igual es muy pequeño,
que tienen sus intereses ya cubiertos de momento, que quizás no tiene acceso a diferentes
informaciones… Vamos, que una cosa es ser consciente de que informo según lo
que me gustaría a mí que hiciese, por ejemplo, y otra cosa es ya ni comentar de
la de cosas que se hacen por los sitios. También los hay de los que se apuntarían a
todo porque no llegan a tener consciencia de lo que supone ir. Ahí entra en
juego nuestro papel de educadores. Incluso cuando no tenemos más remedio que
llenar su agenda con alguna extraescolar hasta que podamos recogerles, creo que
es bueno elegirlas con ellos. Me duelen los oídos (me encanta esa expresión) de
escuchar lo de “quiero que mi hijo haga esto o lo otro”. ¿y él? ¿qué quiere
él?. Hablemos con ellos. Es su tiempo y algo tendrán que decir, aunque esté el
riesgo de que nos digan que no quieren hacer nada, que quieren estar con
nosotros desde el minuto cero que salen del cole.
Mi hija, además, va a inglés un día a la semana. También
comenzó como un juego al que iba una amiga suya, y se enganchó. En realidad nos
enganchamos toda la familia y este curso legalizaremos al pequeño, que ha ejercido
de okupa en muchas sesiones y este año quiere quedarse como fijo. Es un sitio
donde juegan, cantan y hacen manualidades teniendo como idioma vehicular el
inglés y que nos encanta.
Dónde realizarlas
Se da la circunstancia de que mis hijos, hoy por hoy, no
hacen ninguna actividad extraescolar dentro del cole (igual por eso me cuesta
llamarlas actividades extraescolares). Ha venido así por las circunstancias,
pero también porque me gusta complicarme la vida que puedan tener otros escenarios,
otra gente diferente con la que relacionarse, otros estilos, otras vivencias
diferentes.
Al realizarlas fuera del colegio, he tenido que elegir bien
horarios, para no convertirme en madre acompañante, madre taxista, o como se quiera
llamar y para no agotarnos demasiado. Así que nosotros tenemos ocupadas las
tardes del lunes y la del viernes y el resto de la semana es vida libre.
Lo importante para mí en estas actividades es:
- Que se lo pasan bien.
- Que suponen una experiencia vivencial diferente a la cotidianeidad.
- Que van de buena gana y motivados (en esto es que tengo a la hija más disciplinada del mundo y alguna vez ha sido ella la que me ha tenido que convencer para arrancar porque a mí me daba pereza, por ejemplo en alguna tarde de lluvia)
- Que aprenden cosas diferentes o de forma diferente.
- Que van formando su yo más allá de lo académico. Se forja su mochila de intereses, como ciudadanos.
Creo que cualquiera con un poco de sentido común estará de acuerdo en que es una barbaridad que los niños tengan la agenda llena al milímetro pero también creo que cuando esto ocurre, habría que preguntarse qué está pasando, reflexionar qué ha podido llevar a unos padres a planificar por completo la vida de sus hijos. Ya he comentado que en mi entorno esto no ocurre y lo que sucede, como mucho, aunque no sea nuestro caso, es tener que rellenar una hora, hasta las cinco y en general veo que se respetan bastante los deseos de los niños (normalmente dentro de lo que oferta el colegio) en cuanto a actividades. Creo que vivo en un entorno privilegiado.
Imágenes de Jimmy Liao y portada del libro de Carl Honoré, Bajo presión. Las fotos llevan el enlace de dónde las he sacado.
Me ha gustado mucho tu articulo, quizás porque coincido plenamente contigo.
ResponderEliminarMe ha encantado el artículo. Nosotros, afortunadamente, podemos permitirnos el lujo de que hagan lo que quieran porque el tiempo no juega en nuestra contra., yo estoy en casa y puedo adaptarme a lo que ellos elijan.
ResponderEliminar¡Gracias por compartirlo!
Besos!
Pues yo tengo uno que no acaba de mostrar interés por ir a nada, es decir, le gustan-interesan la música, la danza, y creemos que tiene aptitudes, pero luego no quiere ir a ningún sitio a aprender.... E intento pensar que no pasa nada, que si este curso tampoco hace nada por las tardes, pues da igual, pero le va a tocar ser acompañante de la madre-taxi como a la peque, porque su hermana mayor sí que se apunta a un bombardeo......
ResponderEliminarEs difícil no pensar que está desaprovechando sus cualidades, que aunque tiene toda la vida para desarrollarlas, pues era mejor que empezara ahora, aunque lo intento. Igual que intento no proyectar sobre su hermana mis propias frustraciones-deseos, porque ella está haciendo lo que yo siempre me arrepentí de no hacer......
Pero hacen lo que quieren y si quieren, o al menos eso intento, yo también tengo la suerte de no necesitar dejarlos a actividades para conciliar.
Vaya tochos te escribo últimamente :-)
Gracias a la tres. Desde este lado lo tenemos fácil :)
ResponderEliminarArantxa, yo es que a tu nene le veo pequeño. Le estáis ofreciendo posibilidades, tiene oferta... parece que no acaba de encontrar las ganas suficientes. Me encanta que me escribas tochos, a mí también me quedan las entradas últimamente tirando a largas, juas, juas!! sobre el otro día, la de la natación, que es que no me ha dado tiempo a contestar, pues que entiendo lo que dices y me parece genial el respeto que tienes por los tres y cómo abordas sus individualidades. un abrazote!!!
Coincido contigo. Tengo tres hijos de 8, 5 y 4 años, sólo el mayor hace extraescolares y las que él ha elegido porque le gustan, éste año empiezan los otros dos porque me lo piden y les gusta. Son niños, ya tendrán tiempo de tener sus agendas bien apretadas. Con tu permiso lo comparto en mi facebook. Gracias!!
ResponderEliminarGracias a ti por compartirlo!!!
ResponderEliminarGracias. Hoy veo un anuncio de la escuela municipal de música y le digo, "¿y a música te apetece ir?", y salta la de casi9 "a mí sí", jajaja, pero si no le dan los días, pobre, que solo la danza este año son 7 horas semanales..... Y quiere ir a patinaje, y a natación....
ResponderEliminarSé que es pequeño, pero me da cosilla pensar que luego no quiera ir porque los demás son más pequeños que él, o que empiece "tarde"..... En fin, creo que ya estoy interiorizando que este curso tampoco va a hacer nada, pero al menos intentaré que pruebe la danza, ya que tiene plaza, y si no quiere, pues renunciamos y que pase el siguiente.
A mi me paso lo mismo con Honore y sabes xq? La traduccion es TAN pesima que hace la lectura muy tediosa. Lo relei en ingles y ays! que rapidito y de corrido se leia.
ResponderEliminarNo os preocupéis, con los recortes en actividades extraescolares municipales (escuelas de música, piscinas, etc...) dentro de poco el bolsillo decidirá por los peques y por nosotros.
ResponderEliminarSalud,
Molly Bloom
Yo probaré con Bruno eete año en multideporte, a iniciativa suya :) ya veremos que tal...
ResponderEliminarTe he dejado un premio en nuestro blog
http://mipequenodragon.blogspot.com.es/
Una abrazo
Mi hija tampoco se apunta a nada, yo le ofrezco lo que hay más que nada para que haga algo que le guste fuera de la escuela y para que se relacione con más gente, pero no le acaba de gustar nada. Ha probado judo y bailes de salón, pero al mes dice que eso no es lo suyo.
ResponderEliminarAsí que a las tardes juega y juega, o vamos a la piscina o a andar en bici... que también son extraescolares jejeje.
A veces si que me entra ese deseo de que haga algo que yo no pude hacer, pero lo reprimo ;)
Yo espero que ser consciente de que lo que A hace es lo que a mí me hubiera gustado hacer me ayude a que el día que diga "se acabó" yo sea capaz de apoyarla y no intentar convencerla de que siga.
ResponderEliminarEn 15 días os cuento si N decide ir a danza o no..... De momento se ha vuelto a animar porque van dos niñas de su clase del cole....
Uy, qué de mensajes sin responder. lo siento!!
ResponderEliminarGracias Reina. Consuela saberlo, de verdad!! Es un poco eso, sí.
Molly, ya te digo. Nosotros de momento, hasta diciembre hay actividades. Después, ya se verá.
Aurora, no ví el premio!! voy a por él!! a ver qué tal con multideporte el pequeño dragón!!
Alazne, yo también creo que son actividades extraescolares muy apañadas las que hacéis. Deporte, juego...
Arantxa, ahora que vas a empezar tú también a hacer extraescolarestrabajocasa pues cuando lo quiera dejar, seguro que te resulta más fácil. Ese N!!!
un abrazo a todas!