Llevo días pensando en el tema de los deberes, ya que el colegio al que va mi hija es de esos que creen que cuanto más deberes mejor. Observo que a partir de tercero de primaria los niños dedican casi dos horas tras su jornada escolar. El otro día, mi vecino, que va a quinto, estaba haciendo deberes en el parque porque si lo retrasaba más no le iba a dar tiempo, tal era la cantidad de tareas que tenía que hacer. Veo a madres estresadas, que miran con ansiedad la agenda, calculando cuánto tiempo podrán estar sus hijos en el parque. Y al llegar a casa, la lucha, claro. Niños hasta las narices de hacer tareas repetitivas que se distraen con una mosca, con ganas de jugar, de tener tiempo libre , desmotivados para el aprendizaje y hasta para la lectura (a ver quién se pone a leer voluntariamente tras estar de 9 a 4 en el colegio y de 5 a 7 haciendo deberes, la atención no da para más).
Siempre ví algo radical a Alfie Kohn, pero la verdad, aquí, o nos ponemos radicales o en breve nuestra vida familiar va a estar dominada por el "momento deberes". Porque esa es otra, tras una jornada escolar y laboral, lo normal sería que niños y padres tuvieran un rato para disfrutar haciendo lo que les de la gana, con tiempo para aprender otras muchas cosas (o incluso las mismas, pero de otras formas). En fin, me entristece la neurosis que se genera con los deberes, la exigencia tan grande y la lucha de poderes sin fin que abre entre padres e hijos.
Así que releo el Contra los deberes escolares y ya no me parece tan radical, la verdad. Leo también la entrada sobre los deberes de la página educación.idoneos y veo que hemos perdido totalmente el rumbo. Tal y como están planteado, al menos en el cole de mi hija, los deberes son simplemente un ritual repetitivo que aleja a los niños de la motivación para aprender.
Yo creo que bastante tiempo pasan ya haciendo tareas repetitivas en el colegio como para continuar en casa.
ResponderEliminar¿Donde quedara entonces el gusto por aprender? Cada vez se parece mas a un trabajo.
Recuerdo que en el instituto nos decía algún profesor que cada hora de clase requería una hora de repaso en casa.Las horas lectivas eran 6 diarias, de 8 a 1,4 quitando dos cuartos de hora de recreo, o sea que se quedaba en 5 horas y media. ¿Se puede pedir a adolescentes de 14, 15, 16 años que dediquen al estudio 11 horas al día? ¿Admitiría un trabajador medio dedicar esas horas diarias a su trabajo? Igual que hacer que un niño tas cinco horas de clase esté otras 2 o 3 haciendo lo mismo en casa, me parece demencial. Niños estresados, adolescentes que mandan todo al carajo porque no encuentran el punto medio, p-madres desesperados....
ResponderEliminarpues sí, maribel y Marhya... de ahí a la desmotivación va un paso. El punto medio, el punto medio... ¿dónde lo habremos dejado?
ResponderEliminarun abrazo
Maite, totalmente de acuerdo, me parece una barbaridad, pero el problema radica en la propia escuela, no? ¿No son capaces de enseñar lo "fundamental" en horario lectivo?. Me ha gustado mucho tu entrada.
ResponderEliminarAyyy cuánta razón, mira que yo no soy nada partidaría de los deberes, creo que es en la escuela donde debemos de trabajar los conocimientos. Pero están tan arraigados los deberes que es dificilisimo no mandarlos, yo soy maestra (además de mami) y en más de una ocasión he tenido que reaizar reuniones de padres para expliar el porqué no mando deberes, ya que se me echaban los padres encima. Yo les daba pautas para hacer con sus hijos como alternativas (ir a bibliotecas, dejar que ellos manipulen las monedas en los comercios, ver situaciones de cálculos matemáticos, jugar, disfrutar, pasar tiempo juntos) es una pena que esto sea así. Sorry por el rollo pero es que ainss me toca de cerca y encima si no mandas eres peor profe aunque en el aula te lo curres. Saludos playeros
ResponderEliminarGracias Inma!! sí, es uno de los pensamientos que se me pasan por la cabeza, pero también está la parte que comenta montsequibu en la que hay padres que los piden, que les resulta extraño pensar que jugar al mercado (o ir al mercado) es genial para las mates, para trabajar habilidades sociales, conocimiento del medio... Ayer unas niñas de sexto que vendían palomitas para recaudar dinero para su viaje, les costó mucho calcular el precio de dos bolsas de palomitas y devolverme el cambio de cinco euros. Quiero pensar que eran los nervios escénicos... pero seguro que en un rato aprendiero más que todo el curso haciendo deberes.
ResponderEliminarEste es un tema muy interesante y que se presta a un montón de discusiones.
ResponderEliminarYo también opino que si en 5 ó 6 horas de clase no ha dado tiempo a aprender y asentar lo aprendido, ¿qué están haciendo en clase todo ese rato?
Las tardes deberían ser para hacer otro tipo de actividades, complementarias y más manuales, más de experimentar, o de hacer trabajos no repetitivos y que supusieran estimular otros tipos de inteligencia en los niños.
Y hay padres que se tienen que pasar todo el rato de la tarde ayudando a los hijos a hacer los deberes, con lo que hay sobrecarga de trabajo para el adulto y muchas veces mal rollo con los hijos.
Muy buena entrada, Maite.
1beso.